Ya he hablado en posts anteriores un poco sobre la denostación que está sufriendo la profesión del periodista y el profesional en sí. Y me pregunto si estamos a la altura. Y me lo pregunto yo que aún no lo estoy y no sé si lo estaré algún día.
Se habla de que somos gente sin principios morales que solo busca la rentabilidad de las informaciones. Algunos profesionales alimentan esta imagen del periodista amoral con orgullo, como Arturo Pérez-Reverte en alguno de sus artículos publicados en el XLSemanal como Viejos reporteros en el que dice de ellos "la objetividad les daba risa, y jamás la estricta realidad les estropeó un buen reportaje [...] en cuanto a la popularidad, les importaba un carajo salvo por el dinero que podía producir".
Pero también se ha dicho que somos parásitos, conformistas que alimentan el amiguismo con los políticos y las instituciones, que por comodidad, por no buscar las informaciones elevamos a categoría de noticias la última polémica declaración científicamente estudiada del político o personaje público de turno.
Nos han etiquetado de chaqueteros, que por un sueldo se cambian de ideología y hasta de madre si hace falta. Nos han augurado mal futuro o nulo. Nos ven sustituidos por Internet, invadidos por el intrusismo profesional, innecesarios, dedicados a una carrera vacía que cualquiera hace algunso años, con una formación básica podía cumplir.
Y yo no sé qué pensar hoy. Solo me da dolor de cabeza. Me gustaría saber, tú, que me lees, qué opinas de nosotros, qué opinas de mí.
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